Hace unos días nos reunimos unas amigas para desayunar y celebrar el cumpleaños de Mar. Ya habían pasado un par de semanas, pero es que ese día ella estaba en Moscú de vacaciones. Y de su viaje por esas frías tierras nos ha traído estos regalos.
Son unos detalles preciosos y que tienen un valor enorme ya que sabemos lo difícil que le ha resultado encontrar estas maravillas.
Ahora tengo un problema, buscar una labor que se merezca estos botones, porque no me negareis que son divinos.
Gracias Mar por acordarte de nosotras tan lejos.